Dos restaurantes románticos para quedar bien en San Valentín

Conoce dos locales secretos para celebrar el día de San Valentín

San Valentín está a la vuelta de la esquina y para celebrarlo nada mejor que dejar que otros se encarguen del menú y solo dedicarnos a disfrutar de la compañía de nuestra pareja.

Madrid está lleno de restaurantes excelentes para celebrar ocasiones especiales, entre estos vale la pena destacar estas dos joyitas secretas que no solo destacan por la calidad y originalidad de su menú, sino también por su ambiente ideal para cenas románticas.

Así que date prisa y haz tu reserva que la semana de San Valentín suele ser una de las más demandadas y no quieres quedarte sin probar la buena mesa de estos locales.

La bodega de los secretos

La `Bodega de los Secretos´ es un local especializado en cocina mediterránea contemporánea con una carta que mezcla productos de calidad con cocciones originales y presentaciones muy cuidadas.

Algunos de los favoritos del menú son:  el `lomo de Rape con lámina de Ibérico sobre vegetales y salsa de gorgonzola´, el `Bacalao confitado, gratinado con allioli de pera y azúcar mascabado´ o el `confit de pato glaseado con gnoquis de manzana y chalota caramelizada´.

Sin embargo, lo que en realidad le da el toque romántico al local es su ubicación. El restaurante está ubicado en una cueva del siglo XVII. Los dueños restauraron el espacio respetando su estructura histórica. En la actualidad es un local acogedor y muy íntimo, ideal para cenas románticas.

Además, está lleno de secretos históricos como: los tres pasadizos clandestinos, descubiertos durante la restauración; dos de ellos comunicaban con las afueras de la ciudad y eran utilizadas como vías para el contrabando

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Caripen

La cocina francesa es una de las más románticas del mundo. En Madrid, la podemos disfrutar en varios locales incluidos `Caripen´, uno de los más famosos de la ciudad.  El restaurante está ubicado frente al edificio del Senado y es famoso por su `magret de pato´ y por su selección de foies, tanto `mi-cuit frío´, o `fresco y salteado´.

El establecimiento tiene bastante historia ya que hasta los años 90 funcionó en ese espacio el `Tablao flamenco de Lola Flores´ y el `Pescaílla´. Fue recuperado en el 93 por el dueño de `L´Obrador´, Daniel Bouté, quien junto con Françoise su mujer, reformó el local.

Parte de su encanto es que es un espacio íntimo, aunque también divertido con música y copeo, además tiene bastante vida entre semana y funciona hasta altas horas de la noche.

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