Obtenido a partir de leche animal, vegetal, agua azucarada o incluso té
el kéfir es un producto cada vez más presente en los puntos de venta y en los restaurantes de nuestra ciudad.
Es uno de los denominados “alimentos vivos”, concepto que hace referencia a que su composición viene dada en parte por microorganismos (hongos y lactobacilos) que permiten que se desencadene un proceso de fermentación. Estas levaduras y bacterias incluídas en los gránulos de kéfir, dependiendo del tipo de líquido azucarado que se utilice y de la correspondiente reacción al mismo, dan como resultado un ingrediente ligeramente ácido (sobre todo el kéfir de leche) y con un punto de efervescencia que suponen un complemento perfecto para diversos tipos de elaboraciones. Además, el kéfir es una fuente de proteínas y lípidos y, en conjunto, una elección beneficiosa para nuestro organismo por sus beneficiosas propiedades.
Kéfir – Mundokefir.com
Variedades más comunes: beneficios y propiedades
Antes de hablar de las bondades de este producto de uso ancestral en la región del Cáucaso y en gran parte del mundo musulmán, debemos hacer una distinción entre las distintas variedades existentes. Por ejemplo, la modalidad más extendida, la obtenida con leche, presenta unas propiedades cambiantes en función del animal (vaca, oveja, cabra…) o vegetal (almendra, coco, soja o avena, entre otras) del que proceda la misma. Si el origen es animal, el calcio, las vitaminas B2, B12 y D, el fósforo y el magnesio supondrán buena parte de su composición y, si es vegetal, sus niveles proteicos oscilarán en función de la materia prima utilizada.
Foto de Kefir leche – Medium-com
El segundo tipo más utilizado es el de agua que, elaborado a partir de agua azucarada, frutas deshidratadas y zumo de limón, contribuye a mejorar el sistema inmunológico y los procesos digestivos, así como a rehidratar el cuerpo tras realizar alguna actividad física.
Foto de Kefir agua – Sumati.es
En cualquiera de los casos mencionados, está comprobada su efectiva acción antibacteriana, antifúngica, antioxidante, antialérgica e incluso antitumoral. Por no hablar de sus potentes efectos para combatir la obesidad o de su idoneidad formando parte de algunas exquisitas propuestas gastronómicas.
Aplicación culinaria: ¡platazos con kéfir!
Para que os hagáis una idea aquellos que aún no lo hayáis probado, las características gustativas del kéfir guardan una estrecha similitud con las del yogur. Hecho por el que empezaréis a entender el por qué de su polivalencia a la hora de combinar con múltiples productos como la fruta, los frutos secos, los cereales o incluso carnes y pescados.
Foto Kéfir yogurt – sabordelobueno.com
La primera propuesta nos la trae Misión Café desde el número 5 de la calle de Los Reyes con su granola con remolacha e hibisco, kéfir, fruta tostada y plátano. Si no podéis resistir la tentación al ver la imagen, acercaos a su moderno y coqueto local en el que además son todos unos especialistas en lo que se refiere a preparar un buen café.
MisiónCafe – Facebook
Pero las versátiles prestaciones gastronómicas del kéfir no se quedan ahí, sino que han invadido cocinas dirigidas de algunos de los mejores chefs del momento, como es el caso de Omar Malpartida y el bizcocho de plátano macho, helado de chocolate peruano, y espuma de kéfir de su Restaurante Luma del Barrio de Salamanca.
Foto de Luma – Conelmorrofino.com
Y, antes de marcharnos, os dejamos una exótica idea para refrescar los calurosos meses que nos esperan: el kéfir helado de cereza con jengibre y pimienta rosa. ¿Se os ocurre alguna forma más deliciosa y más cool de decir adiós de una vez por todas a los poco saludables helados convencionales?
Helado Kéfir – sweetsaltykitchen.com
